En las moradas de la muerte, poesía de Nelly Sachs
Nelly Sachs (1891-1970), escritora alemana Premio Nobel de Literatura 1966, de padre judío tuvo que exiliarse en Suecia durante la Segunda Guerra Mundial, acontecimiento que hace, que a diferencia de sus inicios amorosos en la poesía, hable sobre el tema judío. La persecución y la fuga dan vértebra a su obra. Los siguientes poemas son traducción de Javier Tubía.
Viene uno...
Viene uno
de lejos
con un idioma
que quizás encierra
el laúd
con el relincho de la yegua
o
con el piar
de los jóvenes mirlos negros
o
también como una crujiente sierra
que trincha toda proximidad-
Viene uno
de lejos
con movimientos del perro
o
quizás de la rata
y es invierno
por tanto vístelo caliente
también puede ser
que tenga fuego bajo las suelas
(quizá cabalgó
sobre un meteoro)
por tanto no lo riñas
si acaso tu alfombra acribillada chilla.
Un extraño lleva siempre
su patria bajo el brazo
como una huérfana
para la que él quizá nada
nada busca sino una tumba.
Tú...
Tú
en la noche
con el desaprender lo ocupado del mundo
de lejos muy lejos
tu dedo que pintó la gruta de hielo
con el mapa cantante de un mar oculto
que amontonó las notas en la concha de tu oído
puentes-ladrillos
desde aquí hacia allí
esta cuidada edición
cuyo desenlace
será otorgado a los moribundos.
Noche de noches
La noche fue un ataúd de fuego negro.
Los rojos colores del amén de las oraciones
se dieron allí sepultura.
En esos enraizados dientes de púrpura -Cabellos- y el cuerpo
un árbol sacudido en viento espiritual
oscura visión -este querubín de un día
se encendió.
Las llamas en la red arterial
corrieron hacia su significado.
En las cenizas de resurrección sonó música.
Esa noche...
Esa noche
torcí una oscura calle adyacente
por la esquina.
Se extendió entonces la sombra
en mi brazo.
Esta prenda cansada
quería ser llevada
y el color Nada se dirigió a mí:
¡Tú estás más allá!
En las moradas de la muerte
Quién vació la arena de vuestros zapatos...
¿Quién vació la arena de vuestros zapatos
Cuando debíais levantaros de la muerte?
La arena, la que Israel se llevó a casa,
¿Su arena errante?
Arena ardiente del Sinaí,
Confundida con las gargantas de los ruiseñores,
Confundida con las alas de las mariposas,
Confundida con el ansia de polvo de las serpientes,
Confundida con todo lo que se desprendió de la sabiduría de Salomón,
Confundida con el amargor del ajenjo secreto.
Oh vosotros dedos,
Que vaciasteis la arena de los zapatos de los muertos,
¡Mañana seréis polvo vosotros
en los zapatos de los que han de venir!
Mi amor fluyó en tu martirio...
Mi amor fluyó en tu martirio
se abrió paso a través de la muerte.
Vivimos en la resurrección-
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