Un poema de Ezra Pound
Ezra Pound |
N.Y.
¡Mi Ciudad, mi amada, mi blanca! ¡Ah, esbelta,
escucha! Escuchame, y yo soplaré dentro de ti
un alma.
¡Delicadamente ante la caña, atiendeme!
Ahora si sé yo que estoy loco,
Porque aquí hay un millón de gentes con la furia del
tráfico;
Esto no es una doncella.
Ni yo podria tocar una caña si la tuviera.
Mi Ciudad, mi amada,
eres una doncella sin pechos,
eres esbelta como una caña de plata.
¡Escuchame, atiendeme!
Y yo soplaré dentro de ti un alma
y vivirás por siempre.
Traducción José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal
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